El Lanzón Monolítico
El Lanzón es la divinidad suprema de Chavín de Huantar. El dios supremo de la cultura Chavín está representado por un gran ídolo de piedra de granito que se encuentra ubicado en las galerías interiores del templo antiguo.
Esta divinidad, que Tello denominó Lanzón por su forma de lanza, mide 4 metros con 53 centímetros de altura y representa a una deidad antropomorfa erguida con colmillos felínicos. El rostro también es de felino; los brazos, piernas, orejas y los cinco dedos son humanos. Los dedos de los pies y de las manos terminan en forma de garra. Las cejas y los pelos se transforman en serpientes. De las orejas le cuelgan dos grandes pendientes. Su brazo derecho está levantado hacia arriba con la palma abierta, mientras que el brazo izquierdo apunta hacia abajo con la palma de la mano cubierta.
El arqueólogo Richard Burger dice que esta pose convierte al Lanzón en un dios mediador de opuestos, es decir que es la personificación del principio de balance y de orden.
Esta divinidad, que Tello denominó Lanzón por su forma de lanza, mide 4 metros con 53 centímetros de altura y representa a una deidad antropomorfa erguida con colmillos felínicos. El rostro también es de felino; los brazos, piernas, orejas y los cinco dedos son humanos. Los dedos de los pies y de las manos terminan en forma de garra. Las cejas y los pelos se transforman en serpientes. De las orejas le cuelgan dos grandes pendientes. Su brazo derecho está levantado hacia arriba con la palma abierta, mientras que el brazo izquierdo apunta hacia abajo con la palma de la mano cubierta.
El arqueólogo Richard Burger dice que esta pose convierte al Lanzón en un dios mediador de opuestos, es decir que es la personificación del principio de balance y de orden.
El eje del cosmos
Por otra parte, la posición del Lanzón mirando hacia el oriente, con la parte superior clavada en el techo mientras que la inferior se encuentra enterrada en el piso, hace ver que el Lanzón constituye un axis mundi o eje del cosmos. Simbólicamente, a modo de una gran columna vertebral de piedra, el Lanzón es el mediador entre el cielo y la tierra. Su ubicadón -en medio del ala central del templo antiguo-, su impresionante tamaño, su concepción artística y su iconografía, hace pensar que ésta fue la divinidad suprema de Chavín de Huantar.El arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras también lo ve como el mediador del tiempo utilizado para fijar el principio del solstido de verano (época de lluvias).
El Oráculo
La parte superior del Lanzón o mango debió estar conectada con el segundo piso, pues tiene una acanaladura que lo recorre a todo lo largo terminando en un agujero en la cabeza del dios. Thomas Patterson sugiere que el Lanzón pudo estar vinculado a un oráculo y que las adivinadores venían del segundo piso, arriba del Lanzón, lo que hacía pensar que la voz salía del propio dios.
Existen reportes etnográficos que sugieren que este templo funcionó como un centro adivinatorio mucho después de su auge. Sin embargo, esta teoría no ha sido probada.
El Lanzón al igual que la Estela Raimondi y que el Obelisco Tello parecen haber cumplido una función exclusivamente cultista. Julio C. Tello lo identificó con Viracocha, el dios creador adorado por los Incas. El Lanzón también es conocido con el nombre de Gran Imagen.
Existen reportes etnográficos que sugieren que este templo funcionó como un centro adivinatorio mucho después de su auge. Sin embargo, esta teoría no ha sido probada.
El Lanzón al igual que la Estela Raimondi y que el Obelisco Tello parecen haber cumplido una función exclusivamente cultista. Julio C. Tello lo identificó con Viracocha, el dios creador adorado por los Incas. El Lanzón también es conocido con el nombre de Gran Imagen.