martes, 1 de mayo de 2018

Historia del Peru - el Terrorismo en el Peru parte3 - GEIN y la Operacion "Victoria"









El GEIN 

Corría la década de los 90 y Sendero Luminoso había convertido al Perú en un verdadero charco de sangre. Los terroristas estaban dispersos en todos los rincones del país, sembrando pánico y terror, bajo las órdenes de su máximo líder, Abimael Guzmán Reynoso.
Las autoridades hacían esfuerzos en vano por contrarrestar la insanía senderista, que continuaba cobrando víctimas en todo el territorio. En medio de este caos, nace el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) que, tras años de arduo trabajo, daría el golpe más importante con la captura del ‘Camarada Gonzalo’ y el comité central de Sendero Luminoso.
La iniciativa fue liderada por el comandante PNP, Benedicto Jiménez, quien junto a un grupo de cinco personas, creó el GEIN el 5 de marzo de 1990 con el único fin de derrotar al grupo terrorista. Por aquel entonces, no tenían oficinas y tuvieron que instalarse en un almacén improvisado. Los archivos empaquetados les servían de sillas y Jiménez contaba solo con una radio, por lo que no podía comunicarse con nadie más.
Con el paso del tiempo, y gracias a una exitosa primera operación que permitió la captura de Judith Díaz Contreras, ‘Isa’, el GEIN comenzó a recibir el apoyo de empresas privadas y de la Embajada norteamericana, que les construyó ambientes adecuados para su trabajo.
Los agentes encubiertos empezaban a realizar un minucioso trabajo de inteligencia en los principales puntos donde – se presumía – estaba refugiado Abimael Guzmán. Todos ellos vigilaban vestidos de civil y simulando ser transeúntes o trabajadores de limpieza. Así, se encargaban de observar cada detalle y recabar evidencias – incluso – en las bolsas de basura.
Su trabajo iba avanzando sin descanso y, según Guillermo Bonilla, uno de los miembros del GEIN, “no hubo una estrategia de Estado ni de Gobierno” que les diera una orden para actuar. “Lo que hicimos estaba al margen (…) Fue iniciativa de Benedicto Jiménez”, reveló en una reciente entrevista a un diario local.
Así, Benedicto Jiménez y su grupo continuaron trabajando sigilosamente, con la consigna de respetar por encima de todo los derechos humanos. Cuando llegó el 12 de setiembre de 1992, fueron un total de 82 agentes del GEIN los que participaron – de diferentes formas - en la denominada ‘Captura del Siglo’, sin que ninguno de los detenidos resultara herido.
Jiménez fue quien dio la orden de ingresar a la vivienda de Los Sauces, donde se refugiaba Guzmán Reynoso junto a la cúpula central de Sendero Luminoso. Los alférez Cecilia Garzón ‘Gaviota’ y Julio Becerra ‘Ardilla’ fueron clave en la intervención, pues lograron ingresar al inmueble sin forzar la puerta y, en cuestión de segundos, lograron neutralizar al cabecilla senderista.
Lo que vino después de la captura no fue lo que los miembros del GEIN hubieran esperado. Si bien tuvieron más operaciones a su cargo, con el paso del tiempo, el general Marco Miyashiro y Benedicto Jiménez fueron retirados. Posterior a ello, el Grupo Especial de Inteligencia fue desactivado.

Inicio de la "Operación Victoria"

EL GEIN elabora el Plan de Operaciones de Inteligencia Contraterrorista denominado POICT VICTORIA 92, basado en sus conocimientos de la ideología, organización y aparato militar de Sendero Luminoso, y con la acumulación de pistas obtenidas durante la ejecución de las diferentes operaciones realizadas por la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (Dincote) las mismas que en junio de 1990 permitieron la caída del "Departamento de Apoyo Organizativo" (DAO) y del "Grupo de Apoyo Partidario" (GAP).
La operación se tenía que iniciar como todas las demás que el GEIN había ejecutado, seleccionando un blanco-objetivo, es decir, elegir una persona de niveles intermedios, y que se tenga la seguridad de su vinculación con la dirigencia senderista.
Tras la detención de ‘Juana’, el GEIN focalizó sus acciones en Deodato Juárez Cruzat ‘Ricardo’, quien figuraba en la lista encontrada como responsable del Departamento de Propaganda de Sendero Luminoso. En los seguimientos a ‘Ricardo’, los detectives detectaron que cada semana este se reunía brevemente, en cualquier calle o avenida, con un sujeto que tenía parecido físico con el ex futbolista Hugo Sotil.
Noviembre de 1990. La figura se repite de manera infrecuente. ‘Sotil’, bolsa negra en mano, trajina y se mimetiza en los jirones que trazan la avenida Argentina y en los paraderos de la Carretera Central. No es más un ciudadano común. En el GEIN, sus ojos hundidos y bigote de dos semanas valen el trabajo pertinaz y trasnochado de casi un año. Los agentes tienen prohibido perderle la pista, en rigor. No se come, no se habla, nadie se mueve si ‘Sotil’ cruza el lente de alguna cámara de video asignada para su seguimiento.
La lucha, en adelante, fue descarnada. El GEIN desarticuló el Departamento de Defensa, Socorro Popular, el Grupo Especial de Trabajo y el Grupo Intelectual Popular Subversivos, en distintas operaciones, gracias a las pistas que iba dejando ‘Sotil’.





La misión general del plan era la captura de la cúpula senderista durante la realización de la "Tercera Sesión Plenaria del Comité Central".
Pero la misión específica de esta operación era lograr la captura del llamado "Comité Permanente", que estaba integrado por "Gonzalo" (Abimael Guzmán), "Miriam" (Elena Iparraguirre Revoredo) y "Feliciano" (Oscar Ramírez Durand), líderes de la organización.

Las pistas del "Plan Victoria"
La pregunta era cómo lograr la misión. No era nada fácil. Los servicios de inteligencia de todas las fuerzas del orden jamás habían logrado algo semejante, pese a contar con todo el personal disponible, con sofisticados equipos y apoyo económico suficiente y, sobre todo, contaban con todo el tiempo del mundo.
Pero la situación política, social y económica del país era diferente en 1992 y no se podía confiar en los servicios de inteligencia para que ubiquen el lugar y la fecha donde se realizaría la "Tercera Sesión del Congreso".

La situación del GEIN, era en ese momento la siguiente:
1.- De una pequeña organización nacida a fines del gobierno de Alan García, con apenas cinco investigadores, sin recursos técnicos ni económicos, había pasado a convertirse en la unidad élite no sólo de la Policía, sino también de todas las Fuerzas Armadas.
2.- La GEIN se encontraba preparada para efectuar la misión más difícil que hasta ese momento habían realizado, conocían al enemigo, sabían sus virtudes y sus defectos.
3.- Era la gran oportunidad de lograr el objetivo o misión partiendo de las pistas que se tenía.

Tras los pasos de "Gonzalo"

A Jiménez lo expulsaron de la Dincote cuando quemaba el verano de 1990. Antes de entregar su oficio de cambio de colocación, Jiménez fue a despedirse del director de la Policía Técnica, general Fernando Reyes Roca. Allí el oficial separado recibió la propuesta de encabezar una oficina de investigación terrorista que contemplara el desarrollo de su tesis (Inteligencia + Investigación = Captura).
Fue el nacimiento del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN). La unidad respondía al Comité de Asesoramiento (COA) que dirigía el general Manuel Tumba Ortega ‘Hermanito’, y comenzó a operar en una esquina del edificio 15 de setiembre de la Dincote, donde solo había una mesa de madera y una silla.
Jiménez reclutó rápidamente al capitán Félix Castro Tenorio ‘ForFay’, a los alférez Joe Sánchez Alva y Jorge Luna Chu ‘Coco’, así como al suboficial Carlos Iglesias ‘Charapa’. Con apuro similar, sus críticos en la misma Dincote, bautizaron a los integrantes del naciente núcleo de investigación como ‘Los Cazafantasmas’.
El acta de fundación del GEIN, que atesoraba ‘Hermanito’, tiene como fecha el 5 de marzo de 1990. La primera operación del grupo se inició al día siguiente. La llamaron ‘Isa’ y tenía como objetivo la captura de los dirigentes del Departamento de Apoyo Organizativo (DAO) y del Grupo de Apoyo Partidario (GAP) de Sendero Luminoso.
‘Isa’ era el seudónimo con que la terrorista Judith Díaz Contreras, miembro del GAP, se identificaba ante los senderistas que llegaban a Lima desde distintas provincias. Su labor era alojarlos y mantenerlos seguros.
Largos meses de pesquisas concluyeron el 1 de junio de 1990 con el allanamiento de 40 inmuebles de los terroristas en Lima. Entre estos, una casa ubicada en la calle 2 de la urbanización Mariscal Castilla, en Monterrico Norte, que servía para plenos, conferencias y congresos de Sendero Luminoso. De allí, el GEIN incautó documentos y libros.
Además, banderas, planos, croquis y gráficos que representaban distintos atentados del grupo terrorista. La terrorista Elvia Zanabria Pacheco ‘Juana’, encargada del DAO, cayó en aquel lugar. Cuatro días después, en uno de los libros decomisados, un analista operativo halló una lista con los seudónimos de los responsables de los aparatos centrales de Sendero y sus lugares de contacto. Es decir, información sobre la cúpula que dependía directamente de Abimael Guzmán y Elena Yparraguirre, la Dirección Central de Sendero Luminoso.

Pase de ‘Sotil’

Pronto el GEIN comprobaría que se trataba de Luis Alberto Arana Franco, director de la academia preuniversitaria César Vallejo y responsable del Aparato Central de Economía de Sendero en Lima. Mensualmente, ‘Sotil’ separaba entre US$15 mil y US$20 mil de las pensiones estudiantiles para los gastos de Abimael Guzmán y su entorno más cercano.
El 19 de setiembre de 1990, ‘Ricardo’ fue arrestado cuando regresaba a su casa, ubicada en Santa Anita, para guardar unos documentos de la organización terrorista. Aquel golpe fue rotulado como la Operación Propaganda e implicó también la captura de 14 sujetos que se dedicaban a la elaboración de diversos panfletos y publicaciones senderistas.
En adelante, el blanco sería ‘Sotil’. Entonces, una estrategia minuciosa y paciente fue puesta en marcha. “Lo seguimos día y noche durante dos años. Era la gallina de los huevos de oro. Sabíamos que los principales mandos de Sendero acudirían a la fuente. ¿Y cuál era la fuente? El dinero. Ese era ‘Sotil’”, dijo a este Diario el general PNP Carlos Morán, quien se encargó del análisis informático como parte del GEIN.
La casa de Buenavista
Es la tercera vez en el mes que Angélica Salas Cruz o ‘Paloma 1’, coordinadora del Comité Central de Sendero, va al encuentro del financista. Como ya es habitual recibe un paquete de él, pero esta vez recalan juntos en la casa signada con el 265 de la calle Buenavista, en Chacarilla del Estanque, Surco. La orden de Benedicto Jiménez es explícita y no admite contemplaciones: Ovise (Observación, Vigilancia y Seguimiento) al inmueble.
Allí vivían los integrantes del Departamento Central de Sendero: Abimael Guzmán y esa suerte de escolta privada que tenía en Elena Yparraguirre ‘Miryam’, Angélica Salas ‘Paloma 1’ y la ex monja Nelly Evans Risco ‘Paloma 2’. Para entonces los rasgos físicos de los miembros de la cúpula senderista eran un misterio. Sin embargo, ya se había encontrado entre la basura que salía de la casa el medicamento Tigasón para el tratamiento de la psoriasis (enfermedad que aquejaba a Guzmán). Además, documentos mecanografiados que, al parecer, llevaban sus anotaciones.
El 4 de diciembre, el GEIN halló entre los desperdicios, varios envases de cartón de vino chileno y gran cantidad de colillas de cigarros. Todo hacía indicar que la noche anterior se había festejado allí el cumpleaños de Guzmán. La intervención de la casa de Buenavista se planeó para los días posteriores junto con la toma de otras 10 viviendas, pero marchas y contramarchas entre los mandos de la Dincote causaron que la operación aborte.
La incursión recién tuvo luz verde el 31 de enero de 1991. Solo Nelly Evans Risco ‘Paloma 2’ fue capturada. El GEIN comprobaría que tres días antes, la madrugada del 28 de enero, Angélica Salas y Elena Yparraguirre habían retirado a Guzmán de la casa de Buenavista echado en un Volkswagen. La cúpula senderista se había librado al parecer por la alerta de un infiltrado en la Dincote.
Una de las 10 casas allanadas casi en simultáneo quedaba en la urbanización Balconcillo, en La Victoria, y pertenecía a Natividad Méndez Villegas. Hasta ahí habían sido llevadas nueve cajas con documentos y otros registros desde la casa de Buenavista cuando los terroristas fueron advertidos del Ovise. En una de las cajas, dentro de una bolsa de plástico, estaba el video “Zorba el griego”. Los rostros de los cabecillas de Sendero Luminoso eran al fin conocidos por el GEIN.

Respuesta con dinamita

A ello Sendero respondió con el asesinato de María Elena Moyano, en febrero de 1992, y mediante el atentado con coche-bomba contra el Canal 2, el 5 de junio del mismo año.
Benedicto Jiménez ordenó la captura de Luis Arana Franco ‘Sotil’ el 22 de junio de 1992. Había sido objeto de seguimiento por casi dos años y el material que aquello dejó (videos, audios y fotografías de sus vínculos con Sendero Luminoso) lo hizo rendirse rapidísimo.
El GEIN le ofreció garantías para su vida, a fin de que participe como testigo clave. Entonces, declaró que apenas un mes atrás, el 4 de abril de 1992, había visto a Guzmán en una reunión secreta. Detalló que lo llevaron desde un estacionamiento, ubicado en Surquillo, a bordo de un auto conducido por una “pituca miraflorina” y donde también iba Walter Zenón Vargas ‘El Zorro’, responsable del Comité Regional Centro de Sendero Luminoso.
Ese encuentro, al que ‘Sotil’ fue llevado con los ojos vendados, se produjo en una casa de la urbanización San Antonio, en Miraflores. Guzmán le encargaría ahí alquilar la casa situada en la calle 1 de la urbanización Los Sauces, en Surquillo. ‘Sotil’ acudió a la dirección que le había sido indicada para rentar el inmueble pero, a punto de tocar la puerta, vio bajar de un auto a la misma mujer que lo llevó a reunirse con Guzmán. Era la terrorista Maritza Garrido Lecca. ‘Sotil’ se escondió y se fue. No llegó a rentar el inmueble. Ella sí.
En el GEIN todo se caía de maduro. Los agentes calculaban que los cabecillas senderistas no le tuvieron la suficiente confianza a ‘Sotil’ y por eso enviaron a la mujer para que alquile lo que sería el nuevo centro de descanso y actividades de Abimael Guzmán. Quedaba por confirmarse si ahí estaba el número uno de Sendero Luminoso. Para ello, parte del núcleo dirigido por Benedicto Jiménez se asentó en seis casas de la misma calle.
Agentes divididos en parejas vigilaban día y noche los movimientos que allí ocurrían. Quién salía, quién entraba, a qué hora, cuánto demoraba y qué llevaba. Todo debía ser registrado en fotos y videos. Todo desperdicio que saliera de la casa en cuestión tendría que ser acopiado y analizado. Si había que fingir roles de basureros, heladeros o chatarreros para espiar el panorama, debían ser exhibiciones actorales de lujo. Guzmán podría estar a menos de 50 metros.
La clave que se usaba en el GEIN para identificar la casa de la urbanización Los Sauces era ‘El Castillo’. El predio tenía tres pisos y un portón de madera sobre el que se alzaba una enredadera. De día la terrorista Maritza Garrido Lecca tomaba parte del primer nivel para dar clases de danza moderna a las hijas de sus amigas o conocidas. Tal academia exclusiva era la fachada que ocultaba a la cúpula de Sendero Luminoso. En las tardes o noches no había más movimiento allí que las idas y vueltas del también senderista Carlos Incháustegui, entonces pareja de Garrido Lecca, o de sus eventuales visitas.
En el GEIN, Garrido Lecca no era un personaje extraño. Apenas llegaron las primeras fotografías que le hicieron los agentes a cargo de su seguimiento, fue reconocida por el mayor Marco Miyashiro. El oficial la recordaba como una joven cercana a terroristas del MRTA e, incluso, guardaba una imagen de 1987 en la que ella aparecía ingresando a un local, en el que se imprimía propaganda subversiva. Miyashiro sabía, además, que Garrido Lecca había ingresado a Sendero por intermedio de Nelly Evans Risco, su tía. La labor que tenía era cuidar a Guzmán.
Las labores de vigilancia a ‘El Castillo’ y el análisis de la basura que salía de allí cobraron mayor importancia desde fines de agosto de 1992. Una mañana, a inicios de setiembre de ese año, el suboficial Carlos Iglesias saltó desde la tolva de un camión repleto de desperdicios hacia dos bolsas de plástico que momentos antes Garrido Lecca había sacado de ‘El Castillo’. Entre los restos de comida, un papel arrugado tenía la anotación RBP. El estudio policial arrojó que se trataba de las iniciales de Reunión del Buró Político. Esta era una sesión que, como parte del tercer pleno del Comité Central de Sendero Luminoso, nadie más que Abimael Guzmán podría encabezar.
‘Gaviota’ caza al ‘Zorro’
8 de setiembre de 1992. El terrorista Zenón Vargas ‘El Zorro’ sale de su casa en la urbanización Balconcillo, mira a ambos lados de la calle y sin apuro coge un teléfono público. Echa un rin y carraspea antes de empezar a hablar: “Ya se están confeccionando los pantalones, muy pronto enviaré el lote”. Tras él, la agente Cecilia Garzón Pérez ‘Gaviota’ finge ser una madre de familia urgida por llamar. Lanza un resoplido de impaciencia y reprende: “Señor, ¿ya terminó?”.
‘El Zorro’ se va, pero ‘Gaviota’ ya ha memorizado y deducido la frase en clave que revela el taller para diseño de panfletos y propaganda subversiva oculto en la vivienda de Vargas.
Desde entonces y durante los cuatro días siguientes, los agentes José Gil y Guillermo Bonilla no dejaron de vigilar la casa de ‘El Zorro’. La mañana del 12 de setiembre de 1992, cuando en el GEIN aun se discutía la hora de dar el batacazo en ‘El Castillo’, Zenón Vargas volvió a salir de su vivienda. Su rápido y nervioso tambaleo exasperó a los sabuesos que le seguían la pista. Sin embargo, uno de ellos decidió intervenirlo rápidamente ante la grave posibilidad de que se fugara.
‘El Zorro’ fue capturado cerca del cruce de la avenida México con la Vía Expresa. La incursión policial a la casa de Balconcillo confirmó a los agentes que se trataba de un almacén de manifiestos políticos y textos para fomentar las acciones terroristas. Todo lo que había en ese predio quedó registrado en un video. Al verlo en el GEIN, Benedicto Jiménez expresó: “Era lo que faltaba para completar el ajedrez”. Él intuía que debido a la cercanía que tenían ‘El Zorro’ y Maritza Garrido Lecca, al menos un dirigente de la cúpula senderista debía estar en la casa de Los Sauces, o Guzmán, en el mejor de los casos.

La hora cero 
Minutos antes de las 7 p.m., cuatro patrullas con 18 agentes a bordo salieron de la sede de la Dincote rumbo a ‘El Castillo’. En su recorrido, las unidades se trabaron con eufóricas turbas de hinchas de Universitario de Deportes, equipo que por la tarde había ganado a su clásico rival, Alianza Lima. Cuando el mayor Miyashiro desplegó sus hombres a una cuadra de ‘El Castillo’, los suboficiales Cecilia Garzón, ‘Gaviota’, y Julio Becerra, ‘Ardilla’, de la mano, fingían ser una pareja risueña muy cerca del portón de madera. Eran las 7:34 p.m. del 12 de setiembre.
Ambos habían convivido dos meses observando la casa de Los Sauces y ese día tenían la orden de pasear a la espera de que alguien entrara o saliera de allí. Debían irrumpir apenas la puerta fuese abierta. “Tómense una gaseosa en la bodega que está al costado para no generar sospechas”, fue la orden a la pareja. ‘Gaviota’ respondió que no tenían dinero y entonces la nueva directiva fue tajante: “¡Chapen!”.
Los agentes iniciaron el largo beso que hoy también les ha dado 24 años de matrimonio, cuando unas llaves en la cerradura empezaron a sonar. Salían Celso Garrido Lecca y la bailarina Patricia Awapara. ‘Gaviota’ se apresuró, lanzó un grito y disparó al aire cuando se percató de que Maritza Garrido Lecca, quien había salido a despedir a su tío, intentó cerrar bruscamente la puerta.
La suboficial comunicó que la incursión estaba en camino a sus superiores y al grupo de policías que aguardaban su señal a unos 150 metros. Fue la última comunicación por radio, el contacto se perdió. Mientras tanto, ‘Ardilla’, seguro de que el círculo íntimo de Guzmán no tenía armas en las casas que habitaba, corrió hacia el segundo nivel para atrapar al cabecilla terrorista.

Cayó ‘El Cachetón’
Una mujer de traje negro intentó contenerlo cerrando una puerta de triplay, pero ‘Ardilla’ logró derribarla. Era María Pantoja Sánchez,‘Doris’. Al verse vencida, corrió por un vestíbulo hacia la habitación donde estaba Abimael Guzmán Reinoso cerca de Elena Yparraguirre, ‘Miriam’, y Laura Zambrano, ‘Meche’. “Carajo, no se muevan, soy de la policía”, gritó el agente blandiendo su revólver.
‘Miriam’ se le abalanzó pero él consiguió zafarse. Tomó aliento y abordó a Guzmán que observaba impávido desde su escritorio: “Tú te mueves y yo te mato, carajo”, increpó el agente mientras helaba el rostro del genocida con el cañón corto del arma. “Está bien, muchacho, está bien, tranquilo. Por favor, tranquilízate, muchacho”, susurró Guzmán.
Trece miembros del GEIN, encabezados por el mayor Marco Miyashiro, penetraron a trote firme en el inmueble. Un equipo reforzó a ‘Gaviota’ en el primer piso neutralizando a un desequilibrado Carlos Incháustegui que clamaba por su muerte: “Mátenme, mátenme, mátenme de una vez, por favor”. Otro grupo acudió en ayuda de ‘Ardilla’ y confinó a ‘Doris’ y ‘Meche’ en habitaciones separadas. El oficial Carlos Morán exigió a Guzmán que vacíe los bolsillos del saco plomo que vestía. La iracunda ‘Miriam’ contraatacó entonces: “No lo toque, no lo toque, él puede hacerlo solo, a él nadie lo toca”. “Yo también puedo hacerlo”, musitó Guzmán.
Durante el registro de ‘El Castillo’, los policías hallaron varias botellas de vino de alta cosecha. También había carne en el refrigerador. Todo fue propicio para un banquete al paso: lomo saltado, brindis y abrazos. Hubo lágrimas de puro valor desbordado. Los agentes abrían cajas, guardaban cuadernos, documentos, banderas, cuadros y cualquier objeto o material subversivo que iban encontrando.
En el umbral del cuarto, el mayor Miyashiro reactivó su radio portátil. Por fin en calma, infló los pulmones y exhaló. Su voz grave y sosegada sería el sello a la operación Victoria y a esa larga noche en que el GEIN hirió de muerte al terror: “Ha caído ‘El Cachetón’”, aseguró.





VIDEO : OPERACION VICTORIA  - LA CAPTURA DEL SIGLO






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